Estamos comenzando el 2021 con la seguridad de que el Covid-19 formará parte de nuestras vidas por un tiempo más. Nada se sabe a ciencia cierta. Las novedades se van conociendo día tras día. De lo que sí estamos seguros como profesionales de las uñas es que tenemos que trasmitir mucha tranquilidad a nuestras clientas tomando las medidas de seguridad correspondientes, tanto para ellas como para nosotros como profesionales.
Los coronavirus son una familia de virus que pueden causar enfermedades. No tienen vida, pero se adhieren a las células generando un cambio celular, por lo que las estas se multiplican ya enfermas.
Se transmiten de una persona a otra a través de las gotas procedentes de la nariz o la boca que salen despedidas cuando la persona con el virus tose, estornuda o habla. Otra posibilidad es por el contacto con las manos, las superficies o los objetos contaminados.
Una medida fuerte de seguridad es la de no tocar el rostro y mantener las manos limpias. Es importante conocer que el alcohol gel nos cubre las dos o tres primeras veces, pero luego se forma una película protectora que evita que nuestras manos queden limpias. Es por ello que el lavado correcto de manos con agua y jabón es indispensable.
En la manicure en el salón o en el domicilio debemos seguir un protocolo de bioseguridad que nos ayude a sortear de la mejor manera los posibles efectos adversos. Para ello tenemos que seguir unos pasos que harán que la atención sea segura para ambas partes:
Vestir ropa adecuada: uso de mascarilla, protector facial acrílico o gafas protectoras, y ambo ligero, fresco y lavable (se recomienda tener varios juegos).
Utilizar toallas desechables símil tela o rollos de papel descartables.
Recoger el cabello o cubrir con un gorro.
Esterilizar las herramientas de trabajo luego de su uso con cada clienta. Se recomienda contar con 2 o 3 juegos para no perder tiempo.
Higienizar las manos con agua y jabón antes y luego de cada procedimiento. Luego colocar un alcohol al 70%.
Limar con mascarilla por el polvo en suspensión.
Cortar y repujar las cutículas con material estéril.
Desechar los residuos (toallas desechables, algodón, uñas, piel, etc) en contenedores especiales.
Limpiar la zona de trabajo luego de cada prestación y ventilar el salón.
Si sigues todos estos pasos lograrás que tus clientas sientan que te preocupas por ellas y seguirán eligiéndote. Recuerda que en este momento es fundamental seguir con el protocolo para cuidar tanto la salud de ellas como la de tus empleados y la propia.
Asesoró: Pamela Espinoza, Máster Instructor Profesional de Uñas.