Debido a lo sucedido a nivel mundial -la pandemia del coronavirus- tenemos que reinventarnos en todos los aspectos de la vida, pero me referiré sólo a un lugar que nos interesa a todos los que compartimos el hermoso mundo de la esteta: el gabinete, nuestra fuente de ingresos.
¿Por qué hablo de minimalismo? Según recuerdo de mi cursada en Microbiología, cada movimiento que hagamos en nuestro puesto de trabajo (gabinete) hace que se corra un riesgo de contaminación y no sólo de coronavirus, sino también de muchos otros virus y bacterias que conviven con nosotros. Por eso, antes de proceder a realizar un tratamiento, tenemos que analizar lo siguiente:
- Que en la entrada al mismo no se encuentren obstáculos como podrían ser: sillas, exhibidores, mesas con aparatología, etc. La llegada a la camilla debe estar libre de obstáculos.
- Saber perfectamente qué se usará para cada cliente, es decir, tener un protocolo de tratamiento y definir los productos, los aparatos y los elementos a utilizar. De esta manera, se nos facilitará el proceso de sanitización o esterilización de aquellos elementos utilizados en dicho tratamiento.
- Todo lo que no se utiliza en el tratamiento se debe alejar del área de trabajo, por lo menos a 2 metros de distancia, y observar que el cliente no toque nada.
- Eliminar del gabinete todo lo que no cumple ninguna función en el tratamiento. Por ejemplo, repisas con adornos, flores o cualquier otro elemento que pueda atraer la atención del cliente y pueda ser tocado.
- Con respecto a los cuadros, no habría problema, siempre y cuando no dificulten el paso.
En resumen: recepción del cliente, realización del protocolo de recepción del mismo, acompañamiento hasta la camilla sin obstáculos y, posteriormente, acostarlo.
La profesional, si tiene que realizar un tratamiento facial, deberá tener al alcance de sus manos todo lo que se utilizará durante el mismo (nos daremos cuenta si el protocolo de trabajo estuvo bien realizado cuando el mismo trascurra sin que el profesional abandone la silla).
Si el tratamiento es corporal, la profesional deberá tener un espacio libre de por lo menos 70 cm alrededor de la camilla y los elementos a utilizar en una mesa, tal vez la misma utilizada en el tratamiento facial.
Por el momento, deberá olvidarse la sala de espera y todo lo que ella incluye (mesita, revistas, dispenser de agua, etc).
Gracias y que esto sume para que podamos trabajar mejor y sumar los protocolos de cuidado.
Fabián Tognetta
Emprendedor del área de la Estética