Todos estamos en nuestro propio camino con distintos estados de ánimo y emociones. Es la condición humana. Incluso ocultamos nuestros verdaderos sentimientos para encajar. Hay cosas que no queremos mostrar e incluso no podemos mostrar.
¿Qué pasaría si el cabello realmente reflejara nuestro estado de ánimo? ¿La gente reaccionaría a nosotros de manera diferente?
En esta colección, se capturan los estados de ánimo que todos, universalmente, experimentamos: rosa para el amor, melocotón para la felicidad, azul para la envidia, lila para el miedo. En cada imagen la máscara significa la cara pública; el cabello representa el estado de ánimo. Entonces, ¿qué pasaría si el cabello pudiera ser el indicador del verdadero yo y el verdadero estado de ánimo? ¿No seríamos todos más sensibles a lo que está sucediendo para los demás y nosotros mismos si nuestro color de pelo da pistas de nuestros propios sentimientos actuales?
Equipo Artístico: Melissa Timperley Salón.
Fotógrafo: Roberto Aguilar.
Make Up: Beth Anderson.
Estilista: simply_masquerade.