Bennu es un ave mitológica del Antiguo Egipto, el fénix griego. Fue asociada a las crecidas del Nilo, a la muerte y al renacimiento, de ahí su vinculación con el sol.
Como un ave rapaz, desplegaba sus alas por la tierra, volvía a renacer con una nueva apariencia, con unos flancos más fuertes y brillantes que atravesaban las dunas del desierto para culminar su vuelo tocando el sol, y como todo lo que toca el astro rey, se funde para convertirse en algo más profundo, la unión con el todo y pasa de ser odio, al miedo y del miedo al amor eterno.
Bennu narra ese ciclo de renovación, amor, miedo y odio; todo ello representado a través de diferentes looks y maquillajes, jugando con la armonía cromática para representar cada emoción.
El ser humano está formado por luces y sombras, de ahí el brillo del material que se ha utilizado en su vestuario: pura lentejuela.
Estilos comerciales románticos en el que las melenas XL tienen un gran protagonismo. Inspiración que nos recuerda a las divas de la música disco de los ´70: coletas altas, ondas al agua y rizos marcados.
Para el maquillaje se ha seguido una línea muy gráfica y comercial, se juega con mega eye-liners con estructura de ala de murciélago para enmarcar la mirada. Sobre el párpado móvil, un degradado en tonos caldera y sienas para dar volumen de forma natural a la estructura del ojo.
Para romper con la imagen tan pulcra y gráfica, nada mejor que el pan de plata para añadir los puntos de luz y destellos con los que construir una propuesta más poética y fantasiosa.
En los labios se pasó por todos los acabados posibles: mate, semi-mate y glossy, llegando al nude, al chocolate y, por último, a un rojo clásico con efecto charol.
Dirección artística, make up y fotografía: David Fergar.
Peluquería: Tonylo García.
Vestuario: Lewis Andry.